Siete puntos claves sobre las Estrategias de Comprensión de Lectura.
I. La concentración es un buen punto de partida.
Al abordar un texto, lo más recomendable es proceder con seriedad y concentración.

Una manera de lograr esa
concentración es pensando que
la lectura no es otra cosa que una conversación especial que se entabla con el autor, que es un interlocutor de gran conocimiento de quien podemos aprender mucho. Entendiendo de esa manera la lectura, surge la obligación moral y humana de comprender a nuestro interlocutor. Esta técnica puede tener aun resultados más efectivos si, previo a la lectura, asumimos una actitud reflexiva y nos formulamos en silencio algunas preguntas generales, tales corno:
¿de qué hablará el autor en este texto?,
¿cuál habrá sido su intención para escribirlo?,
¿qué mensaje trata de comunicar?, etc.
II. La lectura como proceso físico y mental.
Una vez logrado un nivel de concentración, se trata de usar bien la vista y el cerebro de modo coordinado y casi simultáneo en una actividad singular que los especialistas denominan proceso físico y mental. Este proceso, para ser bien llevado, requiere que habituemos nuestra vista para abarcar un grupo de palabras en cada fijación. De lo que se trata es de ampliar el campo visual de manera que nuestro cerebro capte las ideas de modo ágil y adecuado. No olvidemos que no se debe leer palabra por palabra, sino idea por idea. Al ir captando mentalmente las ideas, las debemos ir hilvanando unas con otras, jerarquizándolas a la vez en función de su nivel de importancia, hasta lograr determinar la estructura interna del texto y, en consecuencia, rescatar el mensaje de manera plena.